En estas primeras semanas de fiebre o exincastillitis, recuperado el espíritu de construcción después de muchos años, he ido probando experimentos con las seiscientas y pico de piezas que tenía sumando el Serie Azul nº 0, el Gran Alcázar X y el Mini Exin nº 2. No pensaba en fortalezas o castillos, sino que se me ocurrían ideas y quería ver qué suponía desarrollarlas, como si fueran partes de algo que todavía no podía edificar, por lo que raramente podía terminarlas tal como las había pensado, por falta de elementos constructivos.
Este palacio fortificado nació como una torre que pretendía tener cuatro torreones, uno en cada esquina, pero se quedó en una fachada con balcón y poco más. A pesar de ello, el resultado de la fachada principal me gustó y creo que conseguí cerrar el conjunto con cierta elegancia.

